El estilo moderno, tal como lo conocemos hoy en día, surgió de un movimiento que comenzó con la Revolución Industrial a finales del siglo XIX, muy marcado por el impacto de la escuela de Bauhaus.
Desde el punto de vista arquitectónico, uno de los principios establecidos por la Bauhaus desde su fundación es «La forma sigue a la función». Así, los espacios se construyen a partir de la función o finalidad prevista y así se determina la forma final.
Este movimiento marcó un antes y un después en el diseño sentando las bases de lo que hoy conocemos como diseño industrial. Con la aparición de la maquinaria se pudieron generar soluciones nuevas en el diseño de muebles para el gran público.
La silla Wassily es un gran ejemplo: Marcel Breuer en 1925, inspirándose en el diseño de su bicicleta, diseñó la primera silla fabricada con tubo de acero lo que supuso una revolución en la forma de entender y fabricar el mobiliario desde entonces.
Silla Wassilly de Knoll
Marcer Brauer (1925)
Aunque generalmente se utilizan ambos términos indistintamente, el estilo moderno y contemporáneo son independientes y muchas veces diferentes: mientras que el estilo moderno se refiere al periodo de tiempo alrededor de 1950, y que marcó toda una época, el estilo contemporáneo está en continuo cambio adaptándose a lo que es la tendencia actual.
De izda. a decha.: Sillón Womb azul, Mesa tulip Saarinen oval y sillas Platner de Knoll
Dado que el movimiento moderno nos dejó muebles icónicos que siguen siendo tendencia, el estilo contemporáneo incluye aspectos de modernismo pero no debemos confundirlos.
Este estilo en diseño de interiores se basa en formas básicas, líneas y curvas, siempre respetando la funcionalidad y ergonomía de los elementos. Predominan materiales como metal, cromo y vidrio con superficies pulidas, suaves y elegantes. Las piezas son simples, estas se mantienen al mínimo.
Siguiendo la premisa del movimiento, se descartan adornos superfluos y elementos innecesarios, caracterizándose por interiores limpios, sencillos y serenos.
Hoy en día, existen fabricantes de renombre que siguen fabricando muebles icónicos de este periodo.
Silla Cesca de Thonet
Marcel Breuer (1928)
Butaca Barcelona de Knoll
Mies Van der Rohe (1929)
Lounge Chair y Ottoman de Vitra
Charles & Ray Eames (1956)
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